La cirugía renal percutánea es un tratamiento de minina invasión, que ha dejado atrás a la cirugía abierta para el tratamiento de los cálculos urinarios y otras enfermedades como tumores de la vía urinaria, cicatrices y catéteres urinarios incrustados o calcificados.
Consiste en la introducción de una cámara llamado nefroscopio y un sistema para la fragmentación de los cálculos a través de una herida en la piel menor de 1 cm que comunica hasta el riñón, y a través de la cual se extraen los fragmentos grandes de cálculos.
En las últimas dos décadas, el tratamiento de los cálculos ha cambiado extraordinariamente, la tendencia actual son los procedimientos mínimamente cruentos que garanticen la solución de la carga litiásica. La cirugía renal percutánea se debe realizar en forma exacta y minuciosa con el fin de disminuir las complicaciones asociadas a lesión vascular o a órganos vecinos.